“Fruits of Labor”, 1932
Diego Rivera (México, 1886–1957)
Litografía
Una figura femenina domina la escena, con sus manos sostiene un rebozo o manto que contiene unas manzanas; a su alrededor vemos como unos niños esperan su fruto, mientras un hombre tiene en sus manos un libro que muestra a los pequeños; todo transcurre con pasmosa serenidad, el ambiente esta impregnado de una dignidad que va más allá de cualquier trabajo.
Esta litografía nos narra un momento en la vida del campesino, pero para llegar a un total entendimiento del hecho artístico, necesitamos conocer al autor: Diego Rivera. Diego María de
Bajo esta premisa, en “fruits of labor”, Rivera expone los trabajos y recompensas de la vida agrícola del México agrario. Litografía creada durante la reforma agraria de la años 20´s y 30´s; época en que el presidente Calles pone en vigor varios artículos constitucionales, trayendo como consecuencia
Volviendo a las formas presentes en “fruits of labor”, aquí vemos una serie de personajes envueltos en su diario trajinar, presentados en un momento de descanso; es obvio que Rivera muestra un gran respeto por estos personajes, mostrando una belleza pura y honesta, transmitiendo estos sentimientos al espectador que adentrándose en la escena logra conmoverse frente a estos; sabemos que el campo es un medio difícil para subsistir, sin embargo sus personajes están llenos de una mística grandeza. El foco de atención de la composición es el personaje femenino que sostiene las frutas, a partir de ella, la vista del espectador va viajando de manera cónica y con un ritmo progresivo a la contemplación de todos y cada uno de los personajes para volver a la figura principal, que podemos interpretar como la madre tierra que reparte sus frutos a sus hijos campesinos.
El manejo del claroscuro es muy rico en todos y cada uno de sus tonos, viajando del blanco del rebozo o manto producido por el color del papel, hasta el más oscuro de los cabellos emanados del proceso litográfico, mostrando la maestría de Rivera para la obtención de estos tonos graduales que se comparan con los mismo tonos de tranquilidad y serenidad presentes en los rostros y actitudes de cada uno de los personajes. El trazo de Rivera es simple y puro, es un trazo fino y sereno; trazo mediante el cual da vida a estos personajes mostrando las facciones del México campesino; hasta donde encontramos en la izquierda de la obra, un personaje cuyos rasgos faciales nos recuerdan al México antiguo, al México precolombino maya que tanta admiración causó en Rivera, siendo objeto de estudio. Ferviente creador de formas, olores, texturas y colores; de líneas que dan vida, de rasgos sumergidos e impregnados de las labores del campo; su mano es tan diestra y segura que podemos percibir la aroma del trabajo, del descanso anhelado, de la ardua faena de depositar las semillas en la madre tierra, para después recibir el fruto producto del parto doloroso de la misma. Esta obra, parte de un todo, pieza clave de un engranaje que sin el estudio de la misma no podríamos llegar a una comprensión de su total de su ideología; los Frutos del trabajo son a la postre una enseñanza y un homenaje a la clase campesina del México al cual pertenecemos y del que hemos nacido.
Realizado por Lic. Alicia Villaseñor Fimbres